Allí hacía mucho frío y nevaba. Cuando iba al colegio se resbalaba en el hielo.
Cuando nevaba le gustaba salir la primera a la calle por la mañana porque quería que sus pisadas en la nieve fuesen las primeras. Se refregaba nieve en la cara y en las manos para sentir calorcito. Tenía un trineo de madera. Como pesaba mucho el trineo para ir a la montaña no se lo llevaba y se deslizaba con una bolsa de plástico.
La escuela tenía piscina climatizada en la que hacían pruebas para conseguir medallas.
Cuando se vino de Alemania le faltaba conseguir la de oro. Las vacaciones eran cortas desde el 1 de julio al 15 de agosto porque allí no hace tanto calor como aquí.
En el pueblo donde vivía había tres fábricas, una de madera, otra de alambre plastificado para los tendederos y otra de tubos de polietileno.
En Alemania se cultivan y se comen muchas patatas y manzanas. Casi todas las comidas las acompañan con patatas. Una fiesta importante era la de la patata, en otoño.
Sus habitantes son muy hogareños, limpios y educados. En la calle nunca se ven basuras y los niños dejan los juguetes y las bicis en la calle y nadie se los lleva. Son muy trabajadores.
Nos habló de que la gente no podían ver a sus familiares porque Alemania estaba dividida y en Berlín había un muro y había familias que no podían verse los hermanos.
Nos enseñó un álbum de fotos de un viaje que hizo el año pasado al pueblo donde vivió.
Nos dio una comida de Alemania llamada “stollen” que estaba muy buena.
